Ya hemos visto cómo los cartagineses habían sido expulsados por los romanos de las islas de Sicilia, Córcega y Cerdeña (en la primera guerra púnica). Entonces, los cartagineses decidieron extenderse por Hispania y entraron por Gades (Cádiz) y fueron conquistando territorios.
El problema vino cuando los cartagineses conquistaron la ciudad de Saguntum (hoy, Sagunto; en Valencia). Esa ciudad era amiga de Roma y cuando fue conquistada, los romanos acudieron a la Península para ayudarles a defenderse.
En el año 218 a.C. el ejército romano desembarcó, al mando del general Escipión, en la ciudad de Emporion (hoy, Ampurias; en Girona). La idea de los romanos era echar a los cartagineses pero una vez aquí, decidieron conquistar el territorio por su riqueza minera y natural. (ellos lo llamaban "anexión" del territorio).
Los romanos iniciaron la conquista hacia el interior pero se encontraron con mucha resistencia (como en Numancia) y se dirigieron hacia el sur, donde les fue más fácil.
La conquista de Hispania duró unos 200 años y tuvo tres fases:
El problema vino cuando los cartagineses conquistaron la ciudad de Saguntum (hoy, Sagunto; en Valencia). Esa ciudad era amiga de Roma y cuando fue conquistada, los romanos acudieron a la Península para ayudarles a defenderse.
En el año 218 a.C. el ejército romano desembarcó, al mando del general Escipión, en la ciudad de Emporion (hoy, Ampurias; en Girona). La idea de los romanos era echar a los cartagineses pero una vez aquí, decidieron conquistar el territorio por su riqueza minera y natural. (ellos lo llamaban "anexión" del territorio).
Los romanos iniciaron la conquista hacia el interior pero se encontraron con mucha resistencia (como en Numancia) y se dirigieron hacia el sur, donde les fue más fácil.
La conquista de Hispania duró unos 200 años y tuvo tres fases:
La invasión fue muy desigual. Duró casi 200 años. A medida que iban conquistando territorios iban "romanizando" esas poblaciones.
Pero no fue fácil. Los romanos se encontraron mucha resistencia de dos pueblos: los celtíberos lusitanos y los numantinos.
Viriato fue el líder lusitano que se enfrentó a las legiones romanas que pretendían la conquista de Hispania. Se le consideró la “pesadilla de Roma”. Viriato fue pastor y cazador, y se convirtió después en guerrero.
Uno de los pretores romanos que mandaban en Hispania fue Galba. Fue muy cruel y tirano y eso provocó que Viriato se rebelara contra los romanos.
Viriato y su seguidores fueron venciendo a los romanos en muchas batallas. Ganó a las tropas de Gayo Plaucio en la zona llamada Carpetania y luego a los ejércitos de Claudo unimano, gobernador de la Hispania Citerior.
Poco a poco, Viriato consiguió ayuda de los lusitanos, los vetones, los arévacos, los bellos y los tittos, consiguiendo una alianza de pueblos hispánicos para luchar contra los romanos.
Pero todo cambió cuando Roma venció a Cartago en las guerras púnicas. Entonces, pudo mandar todas las tropas para combatir en Hispania. Miles de soldados de infantería y caballería, además de elefantes, llegaron a Hispania al mando de Quinto Fabio Máximo Serviliano.
Viriato fue expulsado de Lusitania pero, en contra de todo pronóstico, Viriato consiguió otra victoria e incluso obligo a los romanos a firmar la paz en el 140 a.C. y que fuera nombrado "amigo del pueblo romano".
Serviliano fue sustituido por su hermano Quinto Servilio Cepión. Reanudó la guerra. Cepión prometió riquezas, tierras y poder a tres hombres del grupo de Viriato a cambio de la muerte de su jefe. Viriato fue asesinado por sus propios soldados en el 139 a.C, mientras dormía, clavándole un puñal en la garganta.
Cuando los traidores fueron al campamento romano a por su recompensa, Cepión les dijo una frase que quedó para la Historia y se hizo famosa:
«Roma traditoribus non praemiat» «(Roma no paga a traidores)»
Se cuenta que los romanos mataron también a esos tres traidores.
Pero no fue fácil. Los romanos se encontraron mucha resistencia de dos pueblos: los celtíberos lusitanos y los numantinos.
Viriato fue el líder lusitano que se enfrentó a las legiones romanas que pretendían la conquista de Hispania. Se le consideró la “pesadilla de Roma”. Viriato fue pastor y cazador, y se convirtió después en guerrero.
Uno de los pretores romanos que mandaban en Hispania fue Galba. Fue muy cruel y tirano y eso provocó que Viriato se rebelara contra los romanos.
Viriato y su seguidores fueron venciendo a los romanos en muchas batallas. Ganó a las tropas de Gayo Plaucio en la zona llamada Carpetania y luego a los ejércitos de Claudo unimano, gobernador de la Hispania Citerior.
Poco a poco, Viriato consiguió ayuda de los lusitanos, los vetones, los arévacos, los bellos y los tittos, consiguiendo una alianza de pueblos hispánicos para luchar contra los romanos.
Pero todo cambió cuando Roma venció a Cartago en las guerras púnicas. Entonces, pudo mandar todas las tropas para combatir en Hispania. Miles de soldados de infantería y caballería, además de elefantes, llegaron a Hispania al mando de Quinto Fabio Máximo Serviliano.
Viriato fue expulsado de Lusitania pero, en contra de todo pronóstico, Viriato consiguió otra victoria e incluso obligo a los romanos a firmar la paz en el 140 a.C. y que fuera nombrado "amigo del pueblo romano".
Serviliano fue sustituido por su hermano Quinto Servilio Cepión. Reanudó la guerra. Cepión prometió riquezas, tierras y poder a tres hombres del grupo de Viriato a cambio de la muerte de su jefe. Viriato fue asesinado por sus propios soldados en el 139 a.C, mientras dormía, clavándole un puñal en la garganta.
Cuando los traidores fueron al campamento romano a por su recompensa, Cepión les dijo una frase que quedó para la Historia y se hizo famosa:
«Roma traditoribus non praemiat» «(Roma no paga a traidores)»
Se cuenta que los romanos mataron también a esos tres traidores.